

06 May EL ADN Y LA HISTORIA DE LA FUNDACIÓN VERÓN
El ADN contiene toda la información genética que nos hace “humanos” y todas las diferencias que hacen que seamos únicos. Es decir, hablando de la Fundación Verón, absolutamente todo en ella tiene como meta ayudar, ser solidaria, sensible y eficaz para quien lo tiene más difícil. Así, en general, como parte de la familia que no tiene ánimo de lucro. Pero, sobre todo, Verón es sus proyectos, aquéllos que la individualizan y que se dirigen a una población en una zona rural de Honduras, donde los protagonistas son unos jóvenes que aspiran a una educación como herramienta para construir su futuro. Nada más y nada menos.
La historia se inicia en el 2015, cuando construye una escuela en la aldea de Camalote (El Progreso, Honduras) diseñada para impartir una formación técnica en vidrio al tiempo que la educación reglada para jóvenes que han quedado excluidos del sistema por falta de recursos. Es la Escuela del Vidrio y Hostelería de Honduras. Ciertamente, el grupo de edad que atiende, de 13 a 18 años, suele ser el gran olvidado, nadie se fija en ellos porque ya no son niños, ni tampoco son adultos, son simple objeto de deseo de las maras hondureñas y del trabajo precario para ayudar en casa. Eso sí, una vez que los has visto, que los has conocido, llenos de fuerza, de ilusión, de ganas, es imposible permanecer indiferente. Recibir una formación profesional de calidad – el diseño curricular fue hecho por la Fundación Fábrica de Cristal de la Granja de San Ildefonso (Segovia) – les permite acceder al mercado laboral con unas capacitaciones de las que otros carecen en un campo allí pionero.
Pero, con la Escuela en marcha, se dieron cuenta de que muchas veces los alumnos la única comida que realizaban al día era la que les proporcionaba la Escuela, donde los estudiantes acuden becados al 100%, así que, se remodelaron las cocinas para acoger la segunda especialización técnica, la de cocina y turismo, que abrió en el 2016/17. Son también tres años de formación sobre cocina, nutrición, atención al cliente, protocolo y las mil materias que componen esta profesión. Os diremos que la acogida y los objetivos de empleo que se logran en esta área son muy elevados.
Las prácticas necesarias para el área de cocina y hostelería para los estudiantes del último año se hacen en hoteles y restaurantes de la zona, entendedme “zona” comprende un área vastísima, allí las distancias son distintas, pero en 2019 se puso en marcha un proyecto precioso: “EL FOOD TRUCK SOLIDARIO DE LA ESCUELA DEL VIDRIO”. Tiene un doble objetivo: por un lado, el educativo. El Food Truck hace enfrentarse al alumno con un negocio real: diseño de menús, elaboración, aprovisionamiento, trato con el cliente … Y, por otro, el solidario, también se hacen salidas a centros infantiles y de mayores sin recursos para que puedan disfrutar de su cocina, de sus talleres, de sus actividades. Cada salida está minuciosamente planeada.
Hablando de tecnología, otro proyecto de este año es LA COMUNIDAD DE EMPRENDEDORES, gracias a una alianza con Tetuan Valley, pre aceleradora de Startups de Google, se trata de replicar su Startup School adaptada a la realidad hondureña y formar a 5 egresados de la escuela a materializar sus ideas de negocio. El objetivo es iniciar una comunidad activa que vaya creciendo y en la que todos intercambien información, experiencias, herramientas… para que el emprendimiento no sea una labor a la que enfrentarse en solitario.
Lo sabemos, es un post demasiado largo, pero es que aún hay más, así que os recomiendo un paseo por la web y nuestras redes sociales para conocer lo que hace y es LA FUNDACIÓN VERÓN