21 Dec ADIÓS 2021
El final de un año, para nosotros no significa mucho, a parte de la romantización de los goals o metas que te marques. Para muchos (o para casi todos, me atrevería a decir) el año empieza en Septiembre, morenos, casi casi saladitos y repuestos de unas vacaciones con amigos y familia. Pero en Honduras no. En Honduras el curso acaba a finales de noviembre (hace nada subimos fotos de la graduación de nuestros jóvenes) y comienza en Enero. Por lo que el fin del año tiene mucho más significado. La verdad es que en los últimos años los comienzos del curso no se nos han dado muy bien. Entre los huracanes a finales de 2020, la extorsión que sufrimos a principios de este mismo año y el coronavirus. No hemos ni empezado y ni acabado con buen pie. Pero este año sí, tenemos un pálpito. Este año empezamos con la escuela llena de alumnos, más llena que nunca, sin exagerar, en 2022 acogemos a 87 alumnos más y no podemos estar más contentos.
Cerramos uno de los años más duros para la escuela, con una de las graduaciones más pequeñas que hemos tenido, 22 alumnos han sido los que se han graduado este año. A principio de curso eran muchos más, pero las condiciones en Honduras no han sido las más favorables, y muchos de nuestros estudiantes se han tenido que ir, o bien a trabajar o bien a buscarse una vida mejor en otro sitio. Apenados por las pérdidas pero ilusionados por los graduados, los que se quedaron y lucharon, el presidente de la Fundación comentaba en el acto de graduación: “A vosotros, 22 que estáis hoy aquí celebrando vuestro esfuerzo y recogiendo lo sembrado, os damos las gracias. Gracias de corazón, por darle sentido al proyecto, por ver luz tras el túnel, un túnel que desde España nos cuesta pensar e imaginar lo oscuro que se puede poner a veces. Gracias de verdad, por dar cara, voz y sonrisa a nuestro esfuerzo desde aquí, todo esto, el trabajo y las horas dedicadas es para y por vosotros. Estamos enormemente emocionados y satisfechos con vuestro trabajo y con vuestra perseverancia. Perseverancia que si manteneis y alimentáis seguro que os llevará lejos.» Mirando hacia el cercano 2022 esperamos, o casi deseamos, que nuestros nuevos alumnos, lleguen a graduarse todos y lo tengan más fácil que en estos últimos años.
Nuestra voluntaria Almudena compartió el otro día una reflexión muy bonita sobre lo que para ella significa el Belén y lo relacionaba con el inicio de un año, con el nacimiento y con el renacimiento, que al fin y al cabo es un poco lo que nos pasa a todos cada año, no nacemos, pero sí tenemos la posibilidad de renacer un poquito con esa ilusión y esas nuevas metas. Que sí, que podríamos ponernoslas cada día del año, pero todos sabemos
que no es lo mismo. Citando a nuestra compañera Almu, nos decía: “se trata de por una vez al año dar significado a la palabra nacer y renacer. El nacimiento es el inicio de un camino. Y la ilusión por empezar está en el ADN de cada uno de nosotros, aún para los más pesimistas por naturaleza, el “¿y si pudiera …?” es inevitable, da igual de lo que se trate, es increíblemente difícil eliminar la esperanza de nuestras vidas.”
Por un 2022 de nacimiento y renacimiento, de alegrías, de caras nuevas, de innovación (que al fin y al cabo es lo bueno que nos llevamos de ese terrorífico 2020) y de trabajo, porque a eso hemos venido, a trabajar para luego obtener nuestros frutos, es lo que enseñamos y es lo que somos, lo que nos da alegrías y lo que hace que nuestros chicos y chicas salgan adelante.
A por ese 2022, felices fiestas de parte del equipo Verón.