Contexto: ¿por qué este proyecto?
Honduras es un país definido por la falta de oportunidades educativas y laborales, tanto por parte de las empresas, como por parte de la oferta educativa que se ve minusvalorada por la necesidad de subsistencia de la población, obligada a buscar fuentes de ingresos rápidas para poder sobrevivir.
La tasa de desempleo era de un 8,5% en 2021 (Banco Mundial). En cambio, el subempleo era de un 60,6% (2019), lo cual significa que un 60% de la población no llega a ganar el sueldo mínimo (11.000 Lempiras = 412€/mes) o trabajan sólo de forma parcial (UNITEC). Además, el nivel de escolarización secundaria es preocupante, ya que el 12% de los hondureños mayores de 15 años no sabe ni leer ni escribir (INE, 2022), dato que alcanza el 20,2% en zonas rurales.
La precariedad laboral es tan extrema que las últimas contrataciones, según la Mesa Territorial de Empleo de la Ciudad de El Progreso en la cual participamos, no superan los 58 días, especialmente en el caso de los Call Centers.
La precariedad e informalidad están altamente relacionadas con la falta de formación educativa, ya que según el Banco Mundial, un 73,3% de aquellas personas con bajo nivel de educación acaban en trabajos informales, mientras que sólo un 9,5% de aquellos con educación elevada acaba en empleos informales.
La falta de formación adecuada y la necesidad de ganancias resulta en una gran parte de los jóvenes recurriendo a grupos peligrosos como las maras o los narcos.
La relación de Fundación Verón y Fe y Alegría Honduras, a través de este proyecto, tiene una gran historia detrás. El proyecto Escuela del Vidrio en sus inicios se encontraba en la comunidad de Arena Blanca, al sur de la ciudad. Tras romper la relación con la organización local, por diferencias en los objetivos del proyecto, tuvimos que tomar una decisión, seguir o irnos de Honduras. Teníamos un grupo de jóvenes a los que les habíamos hecho una promesa de futuro, así que decidimos seguir con ellos. Durante un tiempo la Escuela del Vidrio fue itinerante, alquilábamos espacios en otras escuelas, mientras encontrábamos un terreno donde construir el nuevo edificio. En la última etapa antes de inaugurar nuestro edificio, estuvimos en el Centro Técnico Loyola y surgió una bonita relación entre ambos proyectos, convirtiéndonos en escuelas hermanas. Por tanto Fundación Verón y Fe y Alegría Honduras tienen un gran vínculo y procuramos ayudarnos en todo lo que podemos. En terreno aprendemos mucho los unos de los otros y compartimos algunas actividades, pero sobre todo conocimiento y apoyo mutuo.
2023 va a ser un gran año porque iniciamos un proyecto nuevo en uno de sus talleres … Seguiremos informando