"Lo que se hace allí es EDUCAR con Mayúsculas" – Jose Antonio

Un nuevo equipo de voluntarios acaba de regresar a España, después de impartir varios seminarios a los alumnos de la Escuela del Vidrio y Hostelería de Honduras. Entre ellos,  José Antonio González Carrión, un Almirante Retirado de la Armada, que por profesión se ha recorrido el mundo, literalmente hablando o navegando. Persona culta, sensible, preparada, con esa impronta en el carácter que conlleva el amor por el método científico y la curiosidad de lo imprevisible de la condición humana.  Es disciplinado y tiene dos cualidades fantásticas: saber mirar y saber escuchar. Por ello sus impresiones nos interesaban especialmente, tras su primera vez en Honduras y en la Escuela del Vidrio. Tuvimos la osadía de entrevistarle y la tenemos ahora de contárosla para provocar vuestra reflexión.

Aunque resumidamente, empezamos por el principio:

  • José Antonio, ¿habías estado alguna vez en Honduras?

No he tenido esa suerte. Honduras es un gran país, pero debes tener un propósito concreto para visitarlo. En esa zona del Caribe el Canal de Panamá predomina sobre el resto de la región en todos los sentidos.

  • Y ¿qué es lo que más te llama la atención al llegar?

Al principio, por supuesto, la exuberancia de la vegetación y la luz del paisaje, pero inmediatamente después la sensación de haber retrocedido en el tiempo. De encontrarme en un país con un gran potencial en vías de desarrollo. Tiene un gran camino por recorrer, si hablamos de infraestructuras, fuentes de energía, canalizaciones, comunicaciones o estructuras funcionales… hay un gran trabajo por hacer.

  • Y ¿respecto a su gente?

La juventud y sus ganas, su actitud. Es lógico, el contraste con Europa dónde el índice de natalidad es bajo y la población está envejecida se hace más que patente. Además, se respira en el aire el empuje que quieren dar al país, quieren progresar, quieren avanzar y se nota.

  • ¿Cómo percibes su sociedad?

Veo un sociedad conservadora, tradicional y religiosa, con valores, aunque es un arma de doble filo. Me explico: hay una gran pobreza y muchas familias desestructuradas, donde son los abuelos quienes suelen hacerse cargo de los niños, mientras los padres continúan con sus vidas. Sin embargo, la maternidad a edades muy tempranas no está en absoluto mal vista, porque sus mayores consideran a esos bebés el sostén de su vejez, así que, ni siquiera sienten necesidad de establecer unos principios relativos a educación sexual. Y conste que yo no quisiera que mis palabras se malinterpretaran, o que se pensara que son dichas con ánimo de juzgar, o intoxicadas por prejuicios. No, es simplemente hablar de lo que conlleva tanto para los progenitores, especialmente para las madres y para los bebes, la condición de adolescente.  Tener consciencia real y conocimientos para elegir.

  • Tras estos análisis, ¿por dónde empezar?

Por EDUCAR con mayúsculas. Muchos confunden el término educación con instrucción. No, formar a una persona completa tiene que ver con más que el mero conocimiento, tiene que ver con los valores, abrazados por cada uno en su propia escala, pero jamás omitidos

Según se desarrolla la entrevista, su gesto, increíblemente expresivo, va cambiando, del brillo del recuerdo de la luz, a la sonrisa por su gente, a una mirada que en realidad no te enfoca, porque está sumido en una reflexión que todavía no había intuido.

En este punto, con el contexto de Honduras definido, entre mil observaciones y reflexiones, llegamos a La Escuela.

Su objetivo es impartir un seminario de liderazgo y comunicación, con contenidos como cuáles son los valores que predominan en el trabajo en equipo o cómo afrontar una entrevista de trabajo. Además, tenía la increíble tarea de acompañar a la Directora del Centro en las visitas y entrevistas que se hacen para evaluar las realidades socio-económicas y familiares de los candidatos a ingresar en la escuela para el próximo curso. Experiencia que realmente le ha conmovido.

Por supuesto, le preguntamos por sus impresiones y, siendo como es, elude hablar de sí mismo o de su capacidad para contactar con ellos (eso lo sé por sus compañeros), y se centra en “los chicos”, a los que llama así cariñosamente. Entonces un torrente de puntos se agolpan en mis anotaciones.. Así, por puntos, aquí tenéis el ranking:

  • Hacen falta más escuelas así. Apolíticas, aconfesionales, con programas que cuiden tanto la formación técnica como la personal en valores sin adoctrinar.
  • La madurez que observa adquirida entre los alumnos más veteranos y los jóvenes recién llegados. No se trata sólo de un tema de edad, que también, sino de actitud, de absorber todo lo que han aprendido.
  • El esfuerzo personal de cada uno de los estudiantes, que tienen una certeza de que la educación dará un vuelco a sus vidas, a sus expectativas y a las de sus familias.
  • El orgullo y la emoción de los padres y familiares cuando asisten a su graduación. Es la estampa del amor, del orgullo, de la esperanza en el futuro.
  • El compromiso sostenido de los antiguos alumnos para no perder el contacto con la Escuela (por otro lado, alentado desde la misma) para servir como referentes de lo que se puede conseguir estudiando.
  • La consideración de las empresas de la zona respecto a los que realizan las prácticas. Cada vez son más reconocidos por su preparación, por sus ganas, por su actitud, y no es extraño que les ofrezcan contratos al terminar, con lo que eso conlleva en sus vidas.
  • El sentido de familia y compañerismo que se desarrolla por todos los que se relacionan con la Escuela desde cualquier posición
  • El propio carácter de los estudiantes: su timidez, su humildad, la conciencia de que su punto de partida es un poco más complicado que el de otros, pero que eso no impide llegar a donde se quiera.
  • La necesidad que tiene la Escuela de llegar a más, de crecer y poder acoger cada vez a más estudiantes.
  •  Principio y fin de todo: EDUCACIÓN, EDUCACIÓN, EDUCACIÓN. No existe mejor herramienta para cambiar realidades por duras que sean.

Finaliza la entrevista y os aseguro que la Fundación Verón y la Escuela del Vidrio han ganado un embajador, voluntario y “activista” del proyecto.  Así que, GRACIAS José Antonio y GRACIAS a todos vosotros.



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