21 Dic Esta Navidad en Honduras…
La actualidad hondureña es preocupante; las protestas, la situación política, la violencia, la corrupción, los resultados electorales y “sus dudas”, han generado un clima de inestabilidad y violencia que van a incidir en la Navidad de este año. Seguramente no haya Navidad para muchos. La zona norte del país es la más afectada, precisamente donde tenemos los proyectos. Hablamos cada día con ellos para conocer y saber que están todos bien, y así es! Desde aquí aprovechamos para desear paz para Honduras.
En estas fechas de tradiciones, os contamos cómo es la Navidad en un país del Caribe. Normalmente la Navidad en Honduras tiene tradiciones un poco distintas a las nuestras, empezando porque ellos viven este periodo a una temperatura media de 25ºC o 26ºC, es decir, en pantalón corto y camiseta, aunque su gastronomía es simplemente otra. Aún así, las decoraciones, las luces y los nacimientos están presentes por todo el país desde noviembre, como aquí.
Es una fiesta familiar que conserva su sentido religioso, la alegría de reunirse familiares y amigos para disfrutar de música, comida, ropa nueva e intercambiar regalos. La noche del 24 y el 25 son los días más importantes. con unos cuantos guiños algo diferentes a la los nuestros, por ejemplo:
. Para estas fechas “El tamal” o nacatamal, una masa de maíz y relleno de carne (generalmente de cerdo o de pollo), es un bocado imprescindible en esta época y en la mesa de Nochebuena, así como la famosa pierna de cerdo, y pollo.
Por supuesto, una buena comida debe ir acompañada de un buen postre, por lo que no pueden faltar las típicas torrejas o rosquillas en miel.
Y para beber, el rompopo (hecho a base de aguardiente, leche y huevos) y bebidas alcohólicas
– Los estrenos: una tradición que ha tenido menor auge a través del tiempo pero, cuando es posible, aún se procura estrenar en la Nochebuena o por lo menos se celebra como una ocasión especial, arreglándose.
El 24 de diciembre exactamente a las 12 a.m., toda la familia está reunida en la casa, se quema pólvora, se dan fuertes abrazos y felicitaciones, celebrando el nacimiento del niño Jesús.
Así mismo, en algunos hogares continúan celebrándose las posadas. Se realizan durante doce días antes del 24 de diciembre: La familia anfitriona recibe a quienes participan, que entran cantando villancicos, con una deliciosa cena que incluye las tradicionales galletas y el “ponche infernal”
En muchos pueblos se acostumbra “el robo del Niño Jesús” que ocurre el 25 de diciembre a primera hora, después que se destapa la figura en el nacimiento. Cualquiera de los invitados podía llevarse la preciada figurita y la familia anfitriona tiene que realizar una fiesta el 6 de enero para que la regresen.
El fin de año se celebra con un monigote que representa el año que termina, elaborado con ropa vieja, cartón o papel, relleno de paja o aserrín y con frecuencia con artefactos pirotécnicos para ser quemado a medianoche. Esta tradición forma parte de un rito simbólico de erradicar de nuestras vidas aspectos negativos y, por ello, algunos les ponen cartulinas con leyendas alusivas al año que se va y los deseos y añoranzas por el que viene. En las ciudades, sobre todo, se ha convertido también en una forma de protesta y cada vez más los monigotes son hechos con la apariencia de algún político nacional o personaje mundial de poco agrado representando el descontento de los habitantes.