La importancia de una juventud educada

El 15 de julio se celebró el Día Internacional de las Habilidades de los Jóvenes, declarado por la ONU con el fin de resaltar y celebrar la importancia de la educación y la formación profesional para la juventud. Los jóvenes suelen estar a la vanguardia de los movimientos sociales, liderando cambios globales. Algunos ejemplos famosos incluyen las protestas contra la Guerra de Vietnam, los movimientos por los derechos indígenas y Black Lives Matter. Los jóvenes, y en particular los estudiantes, tienen la devoción de hacer del mundo un lugar más igualitario, ya que son ellos quienes en el futuro se beneficiarán de una sociedad más equitativa socialmente, así como sufrirán las consecuencias de una sociedad más desigual. Para que nuestros jóvenes sean miembros funcionales de la sociedad, sea contribuyendo a los movimientos sociales, contribuyendo al crecimiento de la economía o apoyando a las generaciones mayores jubiladas, la educación es absolutamente crucial.

La educación, ya sea primaria, secundaria o formación profesional, es clave para un futuro más saludable y próspero, y permite a las familias salir de la pobreza. En Honduras, alguien con una educación primaria ganará un 74.5% más que una persona sin educación a lo largo de su vida. Hay una correlación clara entre años de estudio y la felicidad, el salud, nivel de ingresos y tasas de delincuencia disminuidas. El acceso a todos los tipos de educación es particularmente importante en países con una gran población joven. En Honduras, el 50,6% de la población tiene menos de 24 años (comparado con un 24% en España, por ejemplo). A medida que crece la población joven, también lo hacen los problemas a los que se enfrenta. El desempleo juvenil y la delincuencia podrían ser problemas aún mayores en Honduras si continua creciendo el porcentaje de la población juvenil que no está en el colegio.

Lamentablemente, la calidad y el acceso a la educación en Honduras están siendo amenazados, sobre todo desde el principio de la pandemia. Además, los miembros más vulnerables de la sociedad, las mujeres, los que viven en zonas rurales y los pobres, se ven afectados de manera desproporcionada por esta falta de educación. La pandemia cerró las puertas de los colegios por todo el mundo, y en países más pobres como Honduras, muchos niños no han regresado desde entonces. Las familias que no tienen acceso al internet (como es para el 60% de los hondureños) han tenido dificultades para continuar con la educación de sus hijos desde el inicio de la pandemia.

El cambio climático es otra amenaza para la educación. Como estamos viendo continuamente en todo el mundo, sus impactos también afectan de manera desproporcionada a los más desafortunados. Los huracanes son cada vez más frecuentes y mortales, y como resultado de dos grandes huracanes en 2020, 114.015 estudiantes hondureños se vieron afectados. Los jóvenes tienen una capacidad increíble para impulsar el cambio y el crecimiento económico en un país. Pero para que esto siga siendo verdad, mejorar el nivel y el acceso a la educación es imprescindible.



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