Ajedrez: Potencia Educativa en Estado Puro

 

El juego más universal, tan versátil que, cuando quieres dar una pincelada general, no sabes por dónde empezar: ¿por el encanto de las leyendas sobre su origen? ¿por los beneficios de su práctica? ¿por su calificación como disciplina deportiva? Todo es fascinante a su alrededor y abre una cantidad de puertas inagotables.

Una de las leyendas más aceptadas sobre su origen data del siglo V y cuenta que un rey hindú, llamado Ladava, había perdido en una batalla a su hijo Ajamir, al sacrificarse para que su ejército lograse la victoria. No lograba superar la pérdida y un día, un brahmán de su reino le presentó un tablero con 64 casillas con piezas que se regían por estrictas reglas y que representaban dos bandos iguales. Cada uno contaba con 8 peones (infantería), 2 elefantes de guerra (caballos en el ajedrez occidental) que podían salta por encima de otras piezas, 2 visires del Rey (alfiles) capaces de moverse a lo largo de una diagonal, 1 Rey y 1 consejero o alferza (Dama). El jugador que diese muerte al Rey rival (jaque mate) ganaría la partida.

Un día, en una de sus partidas, vió como la posición de las piezas representaba fielmente la batalla en que falleció su hijo. El brahman le indicó que en esa posición la victoria se lograría sacrificando uno de los visires (alfiles), y le comentó: «a veces el sacrificio de una pieza importante es necesaria para la victoria final de la partida». Viendo esto, el Rey comprendió el sacrificio que hizo su hijo y la importancia del pueblo para un Rey. Agradecido al brahman por abrirle lo ojos, le ofreció la recompensa que pidiese.

 

El brahamn pidió al Rey lo siguiente: 1 grano de trigo por la primera casilla del tablero, 2 granos por la segunda, 4 por la tercera, 8 por la cuarta y así sucesivamente doblando la cantidad en cada casilla. En principio a todo el mundo le pareció una recompensa ridículamente pequeña, pero cuando se hizo el cálculo total de granos de trigo el asombro cundió entre los presentes. El número de granos que correspondía al bueno de Lahur Sissa era:

18.446.744.073.709.551.615. ¡Ni aunque cultivaran toda la superficie de La India podrían recoger tal cantidad de grano!
Lo cierto es que el ajedrez es un óptimo instrumento para motivar experiencias matemáticamente divertidas y creativas, desde las progresiones geométricas a las estrategias de resolución de problemas, a la orientación espacial a través de la coordinación y caminos
que debes recorrer para lograr tus objetivos, al tiempo que prevés los movimientos futuros que hará tu adversario. Pero no sólo eso, sino que los valores que promueve son tales, que la UE en la directiva xxx recomienda a los estados miembros su inclusión en la escuela, para a
través del ajedrez adquirir habilidades como:

 

Aunque nos podemos alargar hasta el infinito, no vamos a hablar más. El ajedrez está al alcance de todos y es apto para todas las edades, así que, prueba, serás tú el que descubras mucho más por ti mismo.



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