Volver con seguridad

Las Respuestas de las Universidades

Y ahí empieza el problema, el desconcierto que genera este plural. Si bien es cierto que las soluciones deben personalizarse según recursos, oferta académica, número de alumnos, de profesores, ubicación y mil condicionantes más, también, que hay cosas que parecen incuestionables. Aquí, aunque parecen utópicas porque exigen una increíble inversión tanto económica como de coordinación y gestión, lo que expresamos es un: por favor, sean TODOS honestos y coherentes, porque nos jugamos el futuro. 

En primer lugar, estamos hablando de JÓVENES, NO NIÑOS, tienen criterio. Se ha dado por sentado que siempre actuarán de forma irresponsable, poniendo en riesgo a los demás, pero a mi alrededor (por suerte) conozco una gran cantidad de ellos cuyas reflexiones y vida no cuadran con esa premisa, en absoluto. O vivo en otra galaxia o hay una juventud de la que no se habla.

Sentada esta base, hay otro punto clave: Sí o Sí se necesita mantener las distancias y relacionarse con cuidado. Alto y claro: RELACIONARSE, NO AISLARSE.

Así que, ¿por qué no hacer todos un esfuerzo? para:

EXTREMAR LA HIGIENE: en todo, en los espacios comunes: aulas, , cantinas, lugares de paso…, en los objetos que se comparten y en lo personal. Una inversión en contratación para reforzar los equipos de limpieza, que cuenten con bactericidas para cada superficie, que haya una organización que permita que se realice varias veces al día y algo así como barra libre de gel hidro-alcohólico (si lo hay en cada tienda, no sé por qué no en cada aula) sería una bonita forma de empezar.



MASCARILLAS: Parece lógico, hablar a dos metros de distancia o no más de 10 minutos, en un ambiente universitario, no lo veo. Hay que discutir, confrontar opiniones, compartir referencias y disfrutar de todo, así que, claro, la mascarilla se hace imprescindible si quieres seguridad. Llegados a este punto sabemos que se va a convivir con el virus, así que, por si acaso, la regla en este ambiente debiera ser vestir una mascarilla que no sólo impida contagiar sino que tú NO te contagies. En contra de lo que dicen muchos, para la vida universitaria obligaría a llevar una MASCARILLA FFP2.

TEST Y RASTREOS: Resulta que el CSIC ha presentado el test rápido más fiable del mercado, nada menos que con un índice del 98%, y lo está empezando a fabricar una empresa salmantina llamada Immunostep. Es perfecto, por favor, compradlos, usadlos, invertid en ellos. Se ha demostrado que hay mucho infectado asintomático que no descubre su condición hasta que por motivos “x” no les hacen una prueba, mientras van repartiendo virus inconscientemente. Por cierto, nadie quiere contagiar a sus familiares, amigos, conocidos… Todos hemos leído noticias con comportamientos estúpidos pero son excepciones, no lo quieran pintar de otra manera para culpabilizar a una generación, porque no es verdad.

NUEVOS HORARIOS: Cerrar los espacios comunes en la Universidad es una barbaridad, que haya concentraciones, otra. ¿Solución? Crear la conciencia de la alternancia y de la necesidad de reservar. Ya lo hacen para la pista de pádel, el gym, el restaurante, la peluquería… qué se yo, mil cosas, y ¿no van a ser capaces de reservar su clase, su puesto en la biblioteca o en el bar? No cuela. Lo ideal sería que se pudieran contratar más profesores y se pudiera elegir entre dos horas distintas para la misma clase con un cupo de asistencia, que se pudieran habilitar más espacios para ello. Para las Universidades con sede en la ciudad, con locales cercanos, y, para las ubicadas a las afueras, levantando aulas prefabricadas, es caro, pero es posible.

CÓMO LLEGAR: De nada sirve hacer mil planes si el transporte son autobuses y trenes masificados, donde la ventilación y el grado de humedad son un estupendo hábitat de desarrollo del virus. Aumentar el número de autocares que llegan a las distintas universidades, aumentar el número de plazas de parking y fomentar, sin que sirva de precedente, el transporte privado, se me antoja lógico en esta ocasión. Por otro lado, hay muchas sedes universitarias en zonas urbanas donde se exige pago de parking, la famosa zona de estacionamiento regulado, por favor, Ayuntamientos, mientras las cosas sigan así, inactívenlas . Si el estudiante tiene que pagar por aparcar, estamos perdidos, es absurdo. Y, si el lugar no cuenta con plazas añadidas para absorber los vehículos de los estudiantes, que los Ayuntamientos hagan acuerdos con los parkings de la zona para que, presentando el carnet de la universidad, se les exima del pago. Ok, es renunciar a unos ingresos y gastar más, pero, o se adoptan medidas extraordinarias por lo extraordinario de la situación, o a la penuria económica vamos a sumar unos graduados “cojos”.

LA BRECHA DIGITAL: tratada teóricamente “tenemos que facilitar dispositivos a aquellos con dificultad para obtenerlos” es como decir «queremos que no haya hambre en el mundo», algo muy loable, muy bonito, pero hay que ponerse en acción. Igual que existen becas ¿no se podría crear un fondo/mecanismo para aquellos estudiantes que lo necesitaran? No se trata de regalar, hay que poner condiciones que, si no son satisfechas, les adviertan de que no hay frivolidad posible, pero que exista la oportunidad REAL. Hablaba de los dispositivos, pero podemos hablar de las conexiones también, o las subvencionan para aquellos que no pueden, o la brecha se va a convertir en una separación abismal entre el que quiere y puede, y el que quiere y no puede.

Hemos centrado el artículo en las Universidades, pero, por supuesto, es extensible a todas las formaciones técnicas. Ojalá sepamos estar a la altura de lo que se necesita porque lo contrario sí que da miedo.  



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