19 May Tips para estudiar mejor
¡Llegan los exámenes finales! … Y con ellos: el estrés, la ansiedad, los nervios ….
En estas fechas es imposible resistirse en un blog sobre educación a comentar el impacto de los exámenes finales. Esos que ponen a prueba algo más que nuestros conocimientos. No lo admitimos, pero somos capaces hasta de creer en las meigas (dicen los gallegos que «haberlas, haylas») y por si acaso, nos encomendamos al santo que nos digan y hasta creemos que ciertos alimentos con sólo probarlos nos convertirán en superdotados, o no, pero para qué arriesgarse. Por supuesto, vestirnos con la camiseta que una vez nos pareció ser fuente de inspiración o utilizar el bolígrafo “mágico”. Un montón de actitudes irracionales que, si disminuyen el estrés, bienvenidas serán, pero bromas aparte, la presión que sufren los estudiantes y cómo lo interiorizan, merece toda nuestra atención.
Y es que los exámenes nos reportan un sentimiento de vértigo, casi de injusticia, una subjetiva interpretación de éxito y fracaso…. ¿Por qué me la juego a una carta? ¿Por qué mi futuro depende de “mi inspiración de hoy”? Y tienen razón, una décima arriba o abajo supone que no puedas acceder a la carrera universitaria que querías, que tus notas sean un filtro de candidatos en un trabajo, que consigas o no una beca, es decir, que las implicaciones de fallar un examen académico no son ninguna tontería.
Da igual la edad, da igual el objetivo, la vida está llena de exámenes y prepararse para ellos y entrenarse, puede ser una disciplina no sólo interesante, sino fundamental. Aprender a fallar y volver a empezar, enseña; gestionar los éxitos, también enseña. Los consejos de siempre como:
No lo dejes todo para el final
Haz deporte, activa el cerebro
No debieras ni repasar pero, desde luego, no intentes preparar nada nuevo la noche anterior al examen
Duerme 7/8 horas
No cometas excesos en las horas previas (en cuanto a comidas, bebidas, estimulantes…)
… ésos que son obvios, la verdad es que no ayudan demasiado porque creo que salvo excepciones todos hemos hecho justo lo contrario. Desde hace un tiempo se han sumado los vídeos motivacionales tipo “ánimo, a por ello, tú puedes” como las antiguas arengas de los ejércitos para darles un plus de coraje y confianza, personalmente, creo que depende de quién te lo diga, el mensaje tendrá efecto o no. Eso sí, el apoyo siempre se agradece. Os dejo un clásico, porque el discurso de Steve Jobs en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford, tiene un valor innegable y merece ser recordado de tanto en tanto.
Por otro lado, un poco de desasosiego antes del examen es productivo. El estrés es la respuesta normal a cualquier circunstancia externa que provoca un estado de “desequilibrio” personal, no es otra cosa que el esfuerzo psicofísico de adaptación a las circunstancias y no es necesariamente negativo, porque provoca un nivel óptimo de activación neurofisiológica que permite dar el máximo de uno mismo.
Sin embargo, cuando el ansia supera un cierto umbral, se convierte en un gran obstáculo. Puede reducir la concentración, dejarnos en blanco, disminuir el rendimiento e incluso provocar síntomas psicosomáticos como dolor de estómago, de cabeza, náuseas, asma… que comprometerán el resultado de la prueba y su preparación. De hecho, en esta fase, muchos estudiantes declaran que sufren de insomnio, crisis de pánico, estados eufóricos o periodos de depresión, y reaccionan consumiendo demasiado café, cambiando el régimen alimentario, abusando del alcohol o de los fármacos.
¿Por qué además algunos estudiantes sufren con especial intensidad ansia durante la época de exámenes? Probablemente porque sienten que están evaluando su inteligencia y sus capacidades personales en lugar de su preparación. Tienden a que su autoestima y personalidad dependan excesivamente de aquellos que expresan un juicio, y a veces pierden el control de la situación.
Por supuesto existen sistemas para reducir la ansiedad que producen los exámenes. Por ejemplo:
En el plano físico:
- Emplear métodos de relajación como la meditación o el yoga.
- Hacer ejercicio
- Alternar el estudio con tiempos de relax
- Cuando sea posible, estudiar en grupo.
- Descargar la tensión al final de cada día para evitar sensaciones negativas antes de dormir y así ayudar a que el reposto sea real y regenerativo.
En el plano psicológico:
- Recordar siempre que el examen evalúa exclusivamente la preparación académica y no a la persona
- Recordar que un examen no superado es una experiencia común a todos los estudiantes y que algunas pruebas pueden ser objetivamente difíciles
- Adquirir cuanta más información sobre los argumentos y la modalidad del examen. Su conocimiento permitirá anticipar situaciones posibles y el sentimiento de estar preparado para afrontarlas.
- Programar adecuadamente el estudio y utilizar una estrategia de memoria y de repaso.
En cualquier caso, si eres estudiante o tienes a tu alrededor un estudiante, ¡¡¡MUCHA SUERTE!!!
Como regalo final te incluimos una infografía: