Una cocina con mucho futuro

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La Escuela del Vidrio sigue abriendo caminos a los jóvenes de El Progreso. En esta ocasión dotándoles de un espacio verdaderamente profesional para formarlos en Gastronomía, Hostelería y Turismo. Ahora no sólo realizan un programa académicamente completo, equiparable a un grado, sino que cuentan con todo lo que implica su práctica, desde despensa, cámara frigorífica, cocina, menaje, espacios adecuados y adaptados, ventilación… ya os podéis imaginar todo lo que la cocina profesional supone no sólo para los estudios técnicos sino para desarrollar la Beca de Alimentación, un reto añadido de ofrecer un gran número de menús diarios.

La historia empezó con un Taller de Cocina que se construyó en el Centro Técnico Loyola de El Progreso, gracias al apoyo de una donación y de la gestión por parte de nuestra organización. Y el resultado fue espectacular. El 100% del alumnado consiguió trabajo en el sector. Así que Fundación Verón decidió ampliar el portfolio de Formación Técnica que ofrece la Escuela del Vidrio con la calidad que la caracteriza. Se desarrolló un programa que incluía no sólo la formación culinaria sino también la relativa a protocolo y turismo, pero hacía falta el espacio adecuado dentro de la Escuela, es decir, una nueva cocina.

La oportunidad llegó de la mano de un donante anónimo de la Fundación NACAR, el principal soporte económico de la Escuela del Vidrio, cuya generosidad ha sido- y es- fundamental, y de uno de los miembros de la Fundación Verón, el Arquitecto Helí Sánchez Berzal, quien ya en su día diseñó la escuela pensando en los espacios de aprendizaje. ¿Cómo? Dejando huecos que los jóvenes han ido rellenando: ventales, puertas de madera y vidrio… Haciéndoles así partícipes de su escuela y dejando huella en ella para siempre.

En esta ocasión Helí ha trabajado en contacto directo con el Ingeniero Gallo de Honduras y en el plazo de tan sólo 3 meses han logrado acondicionar el espacio de manera espectacular. Además, gracias a una donación especial de la cooperativa española COFEDAS, tienen a su disposición útiles nuevos para trabajar. La solidaridad de todos ha hecho posible que en las mejores condiciones se pueda seguir avanzando.

Las instalaciones se están utilizando desde el mismo segundo que era posible, porque los chicos realmente necesitaban no parar, pero la primera semana de abril se hizo una inauguración en toda regla, oficial. Un evento cuya formalidad no restó ni un ápice de alegría, porque, acompañando a todo el profesorado y a los alumnos, acudieron dos representantes de la Fundación NACAR y tres de la Fundación Verón, y al que no faltaron, por supuesto, los Amigos de la Escuela del Vidrio.

 



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