20 Feb Leander Platteau visita la Escuela del Vidrio de Honduras
Honduras, Escuela de Vidrio…. suena a nuevos frentes abiertos e interesantes.
Lo que algunas personas como yo recuerdan de Honduras es el mundial de fútbol del 1982 en España y actualmente las noticias negativas, que me llegaron por un reportaje en la televisión en Costa Rica justo dos días antes de partir de viaje. Muchas personas me advirtieron cancelarlo, como suele ocurrir cuando uno va a terreno no conocido.
Mi sorpresa fue grande cuando llegué al aeropuerto de San Pedro Sula y vi dos centenares de mujeres vestidas de blanco cantando la bienvenida a un superior de la iglesia que venía más tarde detrás de mí. Me emocionó y empecé a cargar energía positiva.
Después de un corto viaje, con una parada para recoger uniformes para los alumnos, llegamos a la escuela. Unas modernas instalaciones en medio de fincas y casas de campo con gente humilde, alegre y con mucha vida y movimiento.
Vi parte de las instalaciones y algunos trabajos de los chicos, y fui presentado al día siguiente a algunos grupos de alumnos y profesores. Me impresionó la variedad de maquinaria del primer mundo disponible para la educación y formación de los estudiantes; instalaciones que rara vez existen en estas zonas latinoamericanas y que ya cuentan en Europa como muy buenas. Me gustó el gran interés de los estudiantes en la temática mía, del diseño, la comercialización y creación de nuevos productos y mercados en el sector del Vidrio.
Estuve sobre todo con los jóvenes de la Microempresa LAHAT. He podido hablar con ellos sobre temas de desarrollo de productos, tanto en su diseño como en la presentación al mercado local e internacional. Con las posibilidades de elaboración de las que disponen, también vimos la opción de trabajar con materia prima de reciclado, como botellas o vidrio plano, aplicando diferentes técnicas de decoración como pintura, arenado o cortado. Asimismo, hablamos sobre la comercialización productos semielaborados importados para transformar o decorar, dando un toque de pincel, por ejemplo, lo que aumenta su valor con un bonito motivo. LAHAT y la Escuela del Vidrio disponen de jóvenes muy bien formados en los Estudios Técnicos del Vidrio, y tienen un objetivo fundamental para ellos: que más adelante estén preparados para encontrar empleo o incluso abrir su propia microempresa.
De hecho, he visto que algunos de los ex alumnos han llegado a ser profesores de esta misma escuela, enseñando no sólo lo estudiado, sino que, conociendo la raíz de gente de escasos recursos, les apoyan psicológicamente dando su propio ejemplo de éxito.
Me ha sorprendido la buena disciplina y educación de los alumnos. Hasta los nuevos, que se habían integrado solamente unos días antes a la escuela cuando yo llegué, están siguiendo el ejemplo de los más avanzados. Lo bueno se pega igual de fácil que lo malo. Mi consejo: Sigan adelante con el buen ejemplo y déjense corregir por los que saben dónde ayudar.
Gracias a la maquinaria que tienen en los talleres, en Escuela del Vidrio están dando una excelente formación, enseñando cómo se talla, cómo se corta y cómo se lija y taladra el vidrio. En el área de montaje, se trabajan los vitrales, los ventanales y otros objetos, como cubos, triángulos u otras piezas que se puedan transformar en lámparas y piezas de arte.
Finalmente, el área de trabajo en soplete es donde elaboran joyería y bisutería de alto nivel, con la técnica de mezclar colores y unirlos en una pieza bonita, o incluso realizando figuritas. Allí aprenden las técnicas y la aplicación del soplete en el vidrio artesano.
Me gustó mucho la forma en la que está organizado el horario de la escuela; por las mañanas las clases prácticas y por la tarde las materias de ciclo en el segundo piso; por su puesto, interrumpido por las pausas del almuerzo y merienda, y por el descanso, en el que veía cómo se divierten haciendo deporte, jugando al fútbol, o simplemente conversando y desconectando. Tienen un buen profesor de deporte, cosa que ayuda a despejar el cerebro y cargar nuevas energías. El cerebro necesita ser oxigenado para poder desarrollar todo lo que aprenden.
En pocas palabras, puedo decir que he visto una escuela muy bien organizada y disciplinada, con gente sana y con ganas de aprender, cosa por la que pueden estar orgullosos.
He podido participar también en fotografía, gracias a mi experiencia, enseñándoles cómo se debe manejar la cámara, el lente, el trípode… con el pequeño estudio portátil que tienen. Pero creo que habrá que estar regularmente trabajando con ellos, ya que vi mucho interés por el tema.
En el desarrollo de diseño, estuvimos realizando algunos productos dándonos cuenta que hay que estar siempre con los ojos bien abiertos, porque las ideas están en todas partes y las más buenas, en la calle; solamente hay que capturar motivos y transformarlos. Nos fueron surgiendo ideas. Por ejemplo, se pueden hacer velas a partir de botellas de vidrio (reutilizando) en los varios tamaños y colores, hasta llenando un frasco entero con cera, y darles una utilidad: velas anti mosquitos o velas de olores agradables. También podemos utilizar productos como semillas, hojas secas, conchas, corcho y mucho más, para realizar nuestros diseños. Además, creo que sería interesante buscar un pequeño taller de soldadura con el que colaborar, ya que nos pueden apoyar con soportes o utensilios para combinar con el vidrio. Deberíamos buscar fuentes en el país que nos hagan ofertas.
Honduras dispone de maderas tropicales preciosas que, lijadas y pulidas, nos pueden servir para crear bonitas combinaciones con vidrio. Hay muchísimo campo a desarrollar y con eso también ayudamos a los pequeños talleres a participar en el desarrollo de los productos diseñados en la escuela. Quién sabe qué posibilidades se abrirán a los estudiantes en una colaboración con estos sectores.
Podemos ofrecer productos bellos con una buena presentación; incluso se me ocurre que pueden ser numerados para abrir un mercado de coleccionistas o simplemente satisfacer el deseo de un turista, que desea llevarse algo típico y único de Honduras. Podríamos crear productos con dibujos propios y entrenar los alumnos para que sean creativos con papel y lápiz. Son todo ideas que me surgen; la Escuela del Vidrio tiene grandes posibilidades.
Como diseñador puedo decir que a veces uno tiene que sentarse en la mesa con papel y lápiz, y empezar a dibujar cualquier cosa hasta que, de alguna figura, te viene una idea. Me decía un estudiante, durante mi visita, que no se le ocurría nada y le contesté que a veces a mi tampoco, pero me siento y comienzo con la tarea y poco a poco las ideas vienen. Puede tardar unas horas y a veces unos días, pero esto ocurre solamente al principio. Es cuestión de entrenar el cerebro y, poco a poco, sale una idea tras otra y otra y otra. ¡La creatividad hay que entrenarla de forma práctica!
No hay límites, ni en el diseño, ni en la combinación de materiales, y cada día se abren nuevas posibilidades. Nada viene solo. Recuerdo cuando era estudiante y me dijeron que solamente el 20% viene del talento y el restante 80% es pura práctica. Esto debería animar muchos estudiantes que creen que los diseñadores han nacido con este don – sólo la práctica los lleva al éxito y la disciplina. No hay que rendirse nunca. La práctica hace el maestro.
Se hace una gran labor en la Escuela del Vidrio, ofrecen muy buena formación con los equipos técnicos y educativos. Por otro lado, necesitan empezar a aprender sobre la comercialización del producto y entender el sentido de la venta, porque también es necesario tener ingresos, para poder continuar con este proyecto que ayuda a muchos jóvenes de escasos recursos a tener un futuro mejor.
Todas las piezas de vidrio las realizan ellos, jóvenes estudiantes de bajos recursos capaces de todo, con la ayuda de las organizaciones que apoyan el proyecto. Esto ayuda defenderlas y venderlas con orgullo. Por eso sólo necesitamos darles las herramientas y la guía para aprender a comercializar y a vender.
Desde mi punto de vista y mi larga experiencia en el sector, habría que crear diseños específicos para cada sección de producción. Se necesita una buena presentación, de una caja o envase de calidad, como un papel Kraft o tal vez un papel de banano o un cartón ondulado en marrón que pueda servir para que el producto tenga una presentación más ecológica, acompañando a los productos hechos con reciclado. Los empaques han de ser bonitos y sencillos, eso ensalza el producto y le da el valor que merece.
Se tiene que utilizar bien el logotipo y darle visibilidad en todos los productos y envases, junto con una pequeña historia sobre la escuela y Honduras, y, tal vez, sobre el material utilizado etc. aportando valor. Tanto en los productos de LAHAT como los de la Escuela del Vidrio. Ya que es lo que les representa. Estos pequeños detalles le dan categoría al producto. La presentación los transforma en una pequeña joya, elaborada a mano y con una historia de cooperación para la mejora de la calidad de vida de colectivos de bajos recursos. Creo que tiene buenas posibilidades de ser un éxito.
Quiero además recordar a los jóvenes que hay una gran cantidad de productos de joyería que necesitan de un apoyo especial, metiéndolos en estuches de calidad, por ejemplo. También la combinación con cuero o con aros de plata o alpaca, para crear una colección completa entre aretes, pulseras y dijes en combinación con aros. Hay que elegir diseños, ideas e iniciar una apertura de mercado al turista y amante de bisutería fina. Son los productos que se elaboran con sopletes que tienen una gran aceptación en el mercado y deben presentarse como artesanía superior.
Yo mostré a los jóvenes, como ejemplo, lo que hice en el pasado con mis productos comercializados en Costa Rica, como la Colección Latina, en la que partí de réplicas del museo de oro de Bogotá y con una parte fantasía. Es un tema muy amplio y muy atractivo.
En cuanto al placement en los mercados, a parte del mercado nacional, que pueden ser puestos de venta para turistas, en hoteles, en los aeropuertos o en tiendas de souvenir, deberíamos buscar y valorar mercados “exóticos”. Se me ocurre que se puede hasta crear un Club de seguidores de la escuela, limitar y numerar las piezas. Muchas piezas son únicas y hay que transmitirlo a los consumidores para que lo valoren. Hay que hacerse conocer en el mundo entero con orgullo para que Honduras y su Escuela del Vidrio, se muestren como un ejemplo animando más personas a participar y a apoyar la idea.
En mi opinión, necesitamos una transformación de nuestro mundo, aunque sólo sea el de la Escuela. Debemos que dar categoría a los productos enseñando a los estudiantes que la mejor forma es siempre hacer las cosas bien. Vender con orgullo es mejor estrategia que rebajar precios, evitando así dar una imagen de necesidad de vender. Cada uno puede y debe participar en esta labor como pionero porque, en el mundo, las personas cambian, pero empezando con uno mismo.
Habrá que mover los medios de comunicación para que publiquen artículos sobre el proyecto, moviendo a la prensa del mundo entero. Participar en exposiciones, etc. Así es como se consigue el éxito a largo plazo.
Por otra parte, la Escuela del Vidrio ofrece Estudios Técnicos de Cocina y Turismo. Yo espero con alegría que la Escuela Gastronómica vuelva a estar en pleno funcionamiento y ver las instalaciones terminadas. Han sido diseñadas con una enorme cantidad de posibilidades y unas instalaciones de calidad.
Esta área de estudios, abre posibilidades de cambio a las personas que se interesan por las técnicas culinarias. Vi las obras que allí están haciendo y va a ser de primera categoría. Y, por supuesto, habrá que mover medio mundo para hacerse conocer. Publicidad, publicidad y más publicidad. Hay que invitar a Chefs de cocina, nacional e internacional, que patrocinen el proyecto y habrá que organizar concursos como un pequeño Master Chef Junior, estilo hondureño. Hay mil posibilidades.
Como yo cocino desde mi juventud, me encanta este proyecto. Allá creo que también se necesita equipo de fotografía, para memorizar los pasos de la cocina profesional y para las imágenes de los platos con su mejor presentación.
Hay que interesar a cadenas de televisión locales y la prensa publicando artículos; y soñar con la idea de crear más adelante un libro de cocina propio, con recetas elaboradas de platos nacionales como internacionales y tal vez propias recetas creadas por algunos alumnos.
Las opciones de alianzas, colaboraciones y patrocinios son muy amplias, y ello puede ayudar a la escuela con su funcionamiento. Se puede contactar con compañías de vinagres, aceites, especias y productos especiales de cocina. Aquí puede incluso haber un apoyo de marcas conocidas a nivel internacional que estén interesadas en combinar sus productos con las comidas típicas de Honduras o en crear nuevas sinergias o maridajes, por ejemplo: aceite de Oliva de España con quesos hondureños. Cuento con el ejemplo de una amiga que publicó en Alemania un libro de cocina caribeña combinada con comida de Franconia de Baviera, y ha sido un éxito en el mercado.
Por otro lado, en el área de Estudios de Cocina y Turismo se puede desarrollar una educación básica en cocina, pero también trabajar en especialidades que llamen la atención de la gente de buena cuchara, para después poder abrir un pequeño restaurante o un “Tapas Bar” como microempresa. Para diferenciarse en el mercado deberían ofrecer algo diferente que los demás y así tendrán el éxito asegurado en vez de ser uno más. Ya que la competencia es alta.
Terminando mi viaje informativo, salí de la Escuela de Vidrio y de Honduras muy emocionado, con muchas ganas y muchas ideas, y viendo que todo lo que he hecho y experimentado en mi vida se refleja en la Escuela del Vidrio. ¡Es un país encantador con gente trabajadora, amable, simpática y con ganas de salir adelante!
¡Felicidades ¡