La solidaridad es un potente motor que hace girar al mundo

A todos los que donan: GRACIAS

♫ ♪ Saber que se puede, querer que se pueda… tentar al futuro con el corazón ♫ ♪ ¿Os acordáis de la canción de Diego Torres titulada “color esperanza”? Pues no sé porqué era lo que insistentemente tarareaba mi cerebro en silencio, cuando empezaba a escribir este artículo. O sí lo sé, porque es eso: ESPERANZA, lo que nos hace sentir esta historia que lo que quiere decir es:

GRACIAS

Un agradecimiento sincero, mayúsculo, optimista, vital, social e inagotable, porque la generosidad de muchos hace posible lo que parece imposible. Os cuento:

La Fundación Verón estaba decidida a realizar un envío a la Escuela del Vidrio en Honduras porque, si las circunstancias allí de por sí son difíciles, el Covid y el consecuente cierre de las escuelas, han puesto en evidencia una terrible realidad: si tienes acceso a un dispositivo y a datos, puedes seguir estudiando; si no, NO. En la Escuela del Vidrio, donde los alumnos son becados completamente, la administración y los profesores se han desvivido por repartir alimentos a las familias, hacer llegar la señal donde pudieran conectarse, adaptar el diseño curricular para que la formación no se resintiera, llevar equipos donde los pudieran utilizar, hacer seguimiento constante y personalizado de avances y necesidades, motivar, ayudar, impulsar… un esfuerzo increíble al que los alumnos respondían positivamente, con tenacidad, con ilusión, con trabajo y, claro está, con la morriña por volver a verse y recobrar la normalidad. Desde aquí, teníamos también que activarnos más, conseguir más, llegar a más, y …

Una empresa colaboradora donó torres de ordenador y Thales España nos hizo llegar portátiles y pantallas. Ambas entidades son conscientes de que sin tecnología no hay avance y de que su esfuerzo se traduce en educación, en futuro, nada mejor. Decirles GRACIAS nos sabe a poco, pero las sonrisas de los alumnos de la Escuela, seguro que les harán notar la importancia de su generosidad. Por otro lado, la Escuela del Vidrio no es una isla, se ubica en una zona rural donde las carencias de todo tipo están a la orden del día, por ello los servicios que realizan para su comunidad son importantísimos. Ellos nos hicieron llegar un SOS, porque en los centros de ancianos a los que acudían con su Food Truck Solidario llevándoles menús, entre otras cosas, se necesitaban pañales. En esta ocasión, fue el CAR de Vallecas quien nos donó lo que tenía, ¡¡¡compartir es vivir!!!

Hasta aquí todo casi perfecto, casi, porque ¿cómo enviar todo a Honduras? El volumen, 18 cajas, el peso, superando los 150 Kg, encarecían un presupuesto inasumible para una fundación pequeña como Verón. Pero, mientras oíamos alarmados las consecuencias que los huracanes Eta e Iota estaban dejando en la zona, ACOES (Asociación Colaboración y Esfuerzo),organización con una gran infraestructura implicada en proyectos educativos, sociales, de infraestructuras en Honduras, nos cedía espacio no sólo en el contenedor que enviaban allí por barco, sino en la operación de traslado de Madrid al puerto.  Increíble, ¿verdad?

Así, en la mañana del pasado sábado 28 de noviembre, se montó la operación, voluntarios aquí para llevar las cajas al punto de encuentro, voluntarios de Acoes para acomodar toda la expedición y voilà, se ha iniciado el viaje. Si tuviéramos que poner los créditos como al final de una película, no sabéis la cantidad de nombres que saldrían, porque hay un montón de “tús” y de “contigo” que hacen posible todo esto, así que, ESPERANZA, gracias a vosotros, es un valor en alza, porque ésta es una historia sin fin.



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