La estadística, la educación y el mundo: estos son los datos, vamos a cambiarlos

El pasado 31 de enero El Mundo publicó este preocupante titular: La cooperación española en educación cae un 90% en siete años haciéndose eco del estudio La Ayuda en educación a examen realizado por la Fundación Entreculturas, la Fundación Alboan y la Fundación Netea.

Haz clic en el video, es interesantísimo, dan la voz de alarma:

Después de las reacciones obvias “debe ser un error, es demasiado acusado el descenso, ¿cómo es posible?” quisimos contrastar un poco los datos, con pocas esperanzas de que el 2016 hubiera cambiado la tendencia, porque un año sin Gobierno ha hecho que todo lo relativo a subvenciones y ayudas concedidas por el Estado, quedase suspendido. Por eso AECID (la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) sólo pudo anunciar la convocatoria en esta materia, pero no resolverla. El espíritu de la ley es lógico: un Gobierno en funciones no puede comprometer partidas que no cuentan con el respaldo de la Cámara, pero las consecuencias son unos daños colaterales absolutamente indeseables, un freno al desarrollo de muchos desfavorecidos.

Una de las ventajas de la gloSustainable Development Goals_E_Final sizesbalización es que ahora todos trabajamos juntos para paliar por lo menos las terribles situaciones que sufren algunos países y, por ello, La Educación de Calidad, es el cuarto objetivo de la Agenda 2030, el ambicioso proyecto que se firmó en septiembre del 2015 por las Naciones Unidas y que bajo el lema Transformar Nuestro Mundo, no duda de que +sin educación no será posible conseguir las metas propuestas y erradicar la pobreza.

La Unesco y su Instituto para Estadísticas (uis.unesco.org), así como The World Bank (data.worldbank.org) nos proporcionan una gran cantidad de datos provenientes casi de hasta el último rincón de la tierra para conocer cuál está siendo la evolución en esta materia.

estadisticas

worldbankeducationfinancing

(Imágenes enlazadas a los paneles)

Y aunque no seamos estadistas, trastear un poco con ellos, nos proporciona casi jugando, la imagen correcta sobre la situación y la urgente necesidad de actuar, porque el panorama no es el más deseable. En el último informe GEM 16 vemos que las tasas de acceso, de abandono o de aquellos que nunca irán a la escuela son altísimas sobre todo en los países que tienen bajos ingresos.
GEM16figura10.1

(Nota: Gráfico 10.1: Más de 4 de cada 10 niños no escolarizados nunca se inscribirán. Distribución de los niños que no asisten a la escuela por exposición escolar, mundo y regiones seleccionadas, 2014.

Excepted never to enrol = Se espera que nunca se inscriban

Enrolled but dropped out = Matriculados pero que han abandonado

Expected to enrol  late = Se espera que se inscriban tarde.

Gráfico 10.2: Casi el 30% de los niños más pobres de los países de bajos ingresos nunca han ido a la escuela.

La estimación se calcula para aquellos que están entre 1 y 3 años por encima de la edad de graduación de la escuela primaria, lo que corresponde aproximadamente a los adolescentes de 12 a 14 años.)

Para agravar más la situación y, aunque nadie duda de que como dijo Mandela “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”, las ayudas no ocupan, ni mucho menos, el primer puesto del ranking de prioridades, ni por parte de las instituciones públicas ni por parte de las privadas. No es extraño, es la dicotomía entre razón y corazón, porque, cuando donas educación, donas futuro, aunque parezca que pierdes el control de la ayuda y dé la sensación de que estás dejando a un lado alimentación y salud, que tienen una urgencia indiscutible. Desde la iniciativa privada, no hablo de corporaciones, sino de aquellas individuales, nada es más gratificante que la sonrisa inmediata de aquel que recibe la ayuda, pero necesitamos dar a la educación el valor que merece porque, sin ella, erradicar la pobreza es un imposible.

Esta ha sido la evolución, queda mucho camino por recorrer.

GEM16figura20.11

(Gráfico 20.11: La educación sigue siendo un sector de ayuda humanitaria menos prioritario y con una financiación insuficiente.)



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