Diario 15: mujeres, filantropía y fundaciones

Ayer estuvimos Alejandra y yo en una charla organizada por la AEF (Asociación Española de Fundaciones) sobre las mujeres en el mundo de la filantropía. La sesión estuvo guiada y moderada por Joana Bonet, periodista en La Vanguardia y escritora. 

Participaban en el diálogo: 

  • Salomé Abril-Martorell: patrona de F. Museo Thyssen – Bornemisza (un sueño) y Gerente en la UC3M (universidad en la que yo estudié). Básicamente es la mujer que quiero ser, pero eso es otro tema.
  • Blanca Gómez: patrona de F. Exit, de la F. Tomillo (con la que tenemos relación) y de la F. Somos F5. 
  • María Jesús Magro: directora de F. Pons y Pons Escuela de Negocios. 

 

Se habló de igualdad de género en los patronatos y en las directivas de las fundaciones, se dieron testimonios sobre la conciliación familiar y se habló de la igualdad como acelerador del progreso colectivo. La igualdad y el empoderamiento de la mujer es el 5º ODS (Objetivo al Desarrollo Sostenible) de la agenda 2030, y el 4º es la Educación de Calidad. 

Hay muchos, muchísimos puntos hasta llegar a ese primer Objetivo que es “El fin de la pobreza” eso que parece una utopía para todos los que nos pasamos el día trabajando en fundaciones y vemos y conocemos cada vez más las necesidades tan básicas y que no están cubiertas en este mundo. Lo bueno, es que somos muchas, muchísimas fundaciones que reman al unísono en ese camino. 

Y, en esta pirámide, en estas sinergias, en estos objetivos, hay una cosa clara, sin educación es imposible. No se puede hablar de igualdad sin hablar de educación, no se puede hablar del cambio sin saber la historia, sus historias. 

Ayer se llenaron las calles de Madrid de pancartas moradas, de cánticos, de rabia y de abrazos, gritos, llantos y risas, una terapia en toda regla que llevamos a cabo juntas. Pero, ¿Cómo continuar con ese compromiso? Las pancartas con brilli brilli en redes son muy monas, y la terapia es necesaria, pero. ¿Dónde coño están los deberes? ¿Dónde están las obligaciones? ¿Dónde está el compromiso?. No voy a hablar de España porque me parece un poco cuadro todo. Pero ayer Joana dijo algo que todas sabemos y que debería ser un mantra, algo que subió La Vecina Rubia en pandemia a sus redes y de lo que yo escribí en nuestro Instagram, que el privilegio que tenemos algunas no nos nuble la brutalidad y la necesidad que tienen otras. Y dar charlas y salir a la calle parece un poco una pildorita para sentirnos mejor, pero la cosa no va de eso. Bueno, si va de eso, pero no debería. Tampoco estoy diciendo nada nuevo. 

Se necesita trabajo de campo, constante, diario, educar, llegar a donde otros no llegan y hacerlo con cariño, con mucho cuidado y con mucha, muchísima constancia.

En Verón tenemos una influencia brutal, pero la tenemos allí, no aquí. Y es la mayor frustración que tenemos todas las fundaciones. Verdaderamente cambiamos vidas, pero siempre queremos cambiar y tocar a los que están aquí, somos los encargados de ganarnos tu empatía. Y, con ello tu dinero, no nos vamos a engañar, necesitamos dinero para hacer lo que hacemos y necesitamos que quieras, que necesites que la cosa cambie, que lo veas como una inversión para otras. Una inversión en gente que no conoces, en historias que no te vamos a contar porque no son nuestras, porque son de otras que las siguen viviendo, día a día. Y eso, yo que estudié una asignatura entera de género en la carrera, te digo que es lo que nos enseñó el feminismo, es dar sabiendo que no recolectará uno, sino que recolectarán otros, con más hambre, con más necesidad. Y, seguramente, con más ganas de dar que nosotros. 



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